Así es como debería llamarse esta tendencia de mezclar todo lo habido y por haber. Y hablo de colores, estampados, texturas, tejidos, estilos... y todo lo que pueda suponer un contraste.
SI ya erea tendencia en invierno, en verano promete ser el no va más. Menos mal que aún nos queda primavera por delante como para poder ir haciendo el ojillo!
Para las no iniciadas, lo ideal es empezar por el contraste de colores: elige uno no habitual para tu ropa de base (jersey y falda, blusa y pantalón, vestido...) y dale un subidón de color con otro tono absolutamente opuesto. Ojo con los complementos, mejor en tonos neutros.
Si no te gusta llamar la atención, es mejor que optes por combinar estampados en una sola gama de color. Y cuanto más grandes mejor. Si prefieres esta variante, estás de suerte porque no te costará encontrar miles de prendas combinadas en blanco y negro. El puntazo? Si añades un bolso flúor será increíble, sino, opta por los colores de siempre.
Ni tanto ni tan calvo. Combina con blanco un sólo color y diversifica estampados suaves. La elección más discreta de esta tendencia es apta para ir a trabajar sin perder ni un ápice de glamour.
Por último, la combinación más ilógica. La que no sé ni cómo calificar... Pero que es de profesional. Eso sí, no lo intenten en sus casas sin tener mucha experiencia en esta tendencia!
Ánimo con los mixes!
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